En el Colegio Parroquial Del Viso consideramos a la educación como un proceso permanente que colabora con el desarrollo y maduración personal en su dimensión singular y social. Comprendiendo al hombre como criatura hecha a imagen y semejanza de Dios, en unidad de cuerpo y alma, en diversidad de sexo y llamado a un destino trascendente. Criatura que por el Bautismo se constituye en miembro del Cuerpo de Dios que es la Iglesia, y que está llamado por vocación a la santidad y el apostolado. Este proceso ha de respetar las singularidades propias de cada hombre inserto en su medio, y centrarse en la promoción de los valores humanos y cristianos.
La escuela es el ámbito propicio para colaborar con la familia en la formación integral de sus hijos a través de la asimilación sistemática y crítica de nuestra cultura cristiana.
La escuela católica supone la aceptación del mensaje evangélico y la enseñanza de la Iglesia, expresados en la Revelación y el Magisterio, decepcionados y vividos en un ambiente de fe y caridad fratema. Ha de ser, por sobre todo, promotora de la formación integral del hombre como ciudadano y como miembro de la Iglesia.
La convivencia en nuestros institutos ha de fundamentarse en la educación en las virtudes y los valores trascendentes, teniendo como modelos a Jesucristo y su Santa Madre. Las relaciones educativas deben estar caracterizadas por el respeto mutuo, la austeridad, la solidaridad, la orientación personal, la sinceridad y la cooperación entre los miembros de la comunidad, promoviendo un clima de trabajo fraterno, alegre y abierto, que propicie el ejercicio responsable de la libertad, en un ambiente de auténtica fraternidad.
La vivencia de la fe católica ha de impregnar todos los act9s de la vida escolar, y constituir el elemento esencial en la animación de la labor escolar. Por lo tanto, esta dimensión ha de ser asumida no sólo corno evidencia en la enseñanza sistemática de la catequesis, sino fundamentalmente y principalmente en la vivencia permanente de los valores evangélicos y la adhesión cordial al Magisterio de la Iglesia de todos los miembros de la comunidad educativa.